Cuidados del caballo/salud

APRENDA A PREPARAR LA CAMA DE SU CABALLO

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A pesar de que no todos los cuidadores le dan la importancia que tiene, la cama es esencial para el correcto desarrollo físico y psicológico del caballo, teniendo en cuenta que se trata de su lugar de descanso y que, en consecuencia, deberá estar siempre perfectamente preparada y al gusto del animal.
Por ello hemos querido dedicar un artículo especial a un tema que en principio puede parecer tan sencillo como el de “hacer la cama” para el caballo.
Estamos seguros de que encontrará datos que le serán interesantes.
LA CAMA, NECESARIA PARA EL DESCANSO

Antes de instalar a su caballo en el establo es preciso que coloque algo sobre el suelo, proporcionándole así una cama sobre la que descansar.
A pesar de que muchos caballos pasan largas horas de pie, incluso cuando se encuentran descansando, no podemos por ello obligarles a permanecer siempre así, puesto que a la larga resultará inevitable que sus extremidades terminen sufriendo problemas.
Tumbados, los órganos internos descansan mejor, desarrollándose adecuadamente. Tenga en cuenta que el sueño es mucho mejor para reponer fuerzas que el simple reposo, devolviendo al caballo el vigor y agilidad necesarios, los órganos se recuperan del cansancio y la digestión y transpiración se normalizan.
Las consecuencias de la falta de descanso adecuado pueden ser muchas y de muy diferente calibre; algunas de las más habituales son:
Hinchazón de piernas.
Fatiga constante (por la falta de recuperación tras el esfuerzo).
Lesiones en los codos, en los corvejones y en general en cualquier articulación.
Pérdida del estado físico.
Pérdida general de salud.
Muchos no dan la importancia que se merece al tema de la cama considerando que, mientras se encuentra en libertad, el caballo no cuenta con una cama perfectamente preparada ¿por qué entonces va a necesitarla el caballo estabulado?. Evidentemente es cierto , pero, si analizamos de forma detalla el comportamiento del caballo que vive libre, podremos observar que buscará siempre la posición más cómoda para acostarse y, en caso de que decida no tumbarse (algo a lo que puede verse obligado en caso de que perciba la presencia de algún peligro), pasará la noche entera caminando de un lado para otro, con lo que evita cargar de manera constante el peso sobre sus patas inmóviles (algo que no le resulta posible en el box); todo ello sin mencionar el hecho de que la tierra resulta mucho más blanda que el cemento sobre el que se asienta la caballeriza.
Pero además del necesario descanso, una cama cómoda es obligatoria por razones higiénicas.
Efectivamente, el caballo debe pasar largas horas en el box y necesita tener bajo sus pies un material que absorba la humedad del estiércol y deje fluir la orina; en caso contrario las infecciones estarán a la orden del día.

COMPOSICIÓN DE UNA CAMA

Los componentes básicos con los que puede realizarse una cama son:

CASCARILLA DE ARROZ: La cascarilla de arroz es un material limpio. La siembra de arroz se desarrollan en terrenos anegados, sobre agua; y la industria agroalimentaria esta sometido a rigurosos controles por ser este cereal para consumo humano; y en su procesamiento se incluye al menos un lavado, antes del descascarillado; y en dicho proceso no se utiliza ninguna sustancia química. Facilita la separación del estiércol y de la porción húmeda del orín, de la porción seca y limpia de la cama, consiguiendo un óptimo mantenimiento con una mínima gestión diaria. La composición de la cama de cascarilla, sumada a su alta permeabilidad, conforma estructura aireada que favorece la evaporación de los líquidos, puesto que, al estar los gránulos separados y no chupar los líquidos, la superficie de contacto de los mismos con el aire es mayor. Al reducir la cantidad de estiércol y orín en contacto con el aire, evitamos que las moscas u otros insectos pudieran sentirse atraídos, ya que éstos son fuente de bacterias y hongos, de los cuales las larvas de dichos insectos se alimentan. 

PAJA: es la opción más utilizada tradicionalmente. Si decidimos utilizarla resultará imprescindible que busquemos una paja de buena calidad. Preferiblemente optaremos por paja vieja, que puede resultar más blanda.
La paja es una magnífica opción puesto que ofrece unas buenas características de drenaje, con lo que los posibles residuos se eliminan fácilmente.
En cuanto a las distintas variedades, la paja de trigo ha demostrado ser la mejor opción, por su color y olor. Ésta deberá ser de color dorado y claro, seca y crujiente, nunca grisácea, húmeda o mohosa. También funciona bien la de avena, aunque cuenta con el inconveniente de que muchos caballos tienen tendencia a comérsela, por lo que desaparecerá rápidamente.
Otra opción es la paja de cebada, si bien cuenta con aristas punzantes que pueden irritar la piel del caballo (sobre todo si se trata de un pura sangre, que cuenta con una piel especialmente sensible). Además, se trata de una paja comestible, con el inconveniente de que puede producir los temidos cólicos.

SERRÍN: lo más importante es que esté bien seco.
Es una buena opción gracias a su capacidad de absorción, si bien puede bloquear el sistema de drenaje, por lo que resulta necesario tomar una serie de precauciones.
Las camas de serrín son fáciles de limpiar y mantener, teniendo el único problema de la eliminación de residuos (a menudo resulta necesario quemarlos en casa).

VIRUTAS DE MADERA: de similares características al serrín, resulta igualmente muy absorbente.
Muchos cuidadores prefieren las virutas al serrín, puesto que tienen la virtud de almacenar menos polvo.
Si las usa en la cama de su caballo, ponga mucha precaución para que no haya astillas que pueden producir pequeñas heridas.

MUSGO o TURBA: con buenas capacidades de absorción, cuenta también con la ventaja de que podremos deshacernos fácilmente de él, al tratarse de un abono muy bien valorado por los jardineros.
La Turba (resultado de la descomposición de musgo y hierbas palustres) resulta una magnífica opción puesto que aporta al caballo sensaciones muy similares a las que tiene estando en plena libertad. Además es absorbente, elástico y poco costoso. Tiene un olor agradable pero no provoca al caballo la necesidad de comerlo, como sí ocurre con otras camas.
Cuenta además con la ventaja de tener un color oscuro, lo que da una sensación casi constante de limpieza.
En consecuencia, podemos señalar un sólo punto negativo de la turba: el calor que desprende, por lo que si se decide a utilizarla deberá prestar una especial atención a los pies de su caballo.

TIRAS DE PAPEL: ésta es la opción por la que deberemos optar en caso de que nuestro caballo sea alérgico o especialmente sensible al polvo, puesto que el papel es el único elemento que nos puede garantizar que la presencia de los ácaros será mínima.
En cuanto al cuidado y mantenimiento resulta bastante problemático para el cuidador, necesitando una atención constante.
Tiene el inconveniente, además, de ser poco absorbente.
HELECHOS: hoy muy poco utilizados, únicamente se ven como “remedio casero” en aquellas zonas en donde abunda este tipo de vegetación. Resulta importante tener en cuenta que nunca deben utilizarse verdes.
Tienen el inconveniente de que requieren mucho más trabajo para mantener la cama en correcto estado, exigiendo una reposición casi constante.

HACER LA CAMA

Lo primero que debemos tener en cuenta es que si una cama no reúne las características necesarias, el caballo no se encontrará a gusto y optará por no acostarse, preferirá descansar de pie todo el tiempo, con las nefastas consecuencias de las que ya hemos hablado.
Es totalmente necesario que la cama sea blanda, puesto que el caballo precisa realizar bruscos y torpes movimientos a la hora de acostarse y de levantarse: si el suelo es duro aumentaremos el riesgo de provocarse abrasiones en las rodillas.
Por tanto, los requisitos de una buena cama serían: blanda, suave, seca, elástica y absorbente.
Hablaremos a continuación sobre la forma más correcta para preparar una cama de paja, la más difundida en nuestros días:
Consideraremos una cama a instalar en un box tipo de 4 x 5 m, para el cual ser requerirán unos 70 kilos de paja (el equivalente a 3 ó 4 balas tradicionales), que nos servirán para cubrir una superficie aproximada de 30 a 35 cm.
Soltaremos la paja tratando de esparcirla bien por esta superficie, sin que caiga en bloques y comprobando que no quedan entre la paja alambres ni hilos de embalaje.

Tenga en cuenta que la cama debe realizarse cada día, para lo cual seguiremos los siguientes pasos:

  • Amontonar la paja limpia contra las paredes del box.
  • Remover la parte sucia con el horcón y cargarla en una carretilla.
  • Barrer bien el fondo.
  • En caso de que el fondo esté húmedo, dejaremos que seque durante un rato.
  • Volvemos a colocar la paja, añadiendo nueva hasta recuperar el espesor deseado.
  • Si la paja tiene polvo, deberá pulverizarla con algo de agua o creolina.
  • Al menos una vez a la semana se debería desinfectar el fondo con un poco de creolina diluida en agua.

Podrá observar como nada más entrar en un box con la cama recién hecha, el caballo se orina; esto sucede porque el crujido de la paja fresca constituye un impulso al que el caballo no puede resistirse. En caso de que disponga de tiempo, lo ideal sería esperar y volver a limpiar la zona inmediatamente.

Además dejo este video, que si bien tiene fines comerciales, da un buen panorama de los distintos tipos de camas que hay disponibles.

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